Razón #1: Es un requisito Legal
Según el Art. 235 7° del Código Alimentario Argentino, todos los productos comercializados en territorio nacional, de producción local o importados y listos para ser ofrecidos al consumidor deben declarar los alérgenos.
La presencia de alérgenos no declarados expone a la organización al recall por parte de la autoridad sanitaria, con un costo incalculable para la imagen de la marca y su reputación.
Razón #2: La presencia de alérgenos no declarados pone en riesgo la vida
El shock anafiláctico, la expresión más severa de la alergia, puede producir la muerte por falla sistémica grave.
“La alergia alimentaria es la primer causa de anafilaxia en la infancia”, dice la Sociedad Argentina de Pediatría.
Razón #3: Es mandatorio en cualquier esquema reconocido por GFSI
Toda organización, de cualquier eslabón de la cadena productiva, que quiera certificar su sistema de gestión de inocuidad bajo las normas reconocidas por GFSI debe contar con un programa de gestión de alérgenos. “Es esencial para la elaboración y aplicación de un programa eficaz de calidad y seguridad alimentaria” dice la norma BRC en su cláusula 5.3.
Tanto FSSC 22000 como BRC proponen un enfoque basado en riesgos, donde el rotulado precautorio es el último recurso a utilizar, una vez se haya demostrado de forma consistente y con rigor técnico que no es posible garantizar la ausencia de alérgenos ajenos a la formulación mediante la gestión.
Razón #4: “Clean Label” es una demanda del consumidor
“El 73% de los consumidores mejoraría la confianza en un producto si el uso de rotulado precautorio estuviera fundamentado en una evaluación de riesgos”, concluye un estudio publicado por la National Library of Medicine “Understanding how consumers with food allergies make decisions based on precautionary labelling”, en 2019.
Un alimento que declara “puede contener” para una larga lista de alérgenos no sólo restringe las opciones de consumo sino que es percibido como “low quality” por parte del consumidor.
Avanzar hacia el clean label es posible, se trata de diagnosticar, diseñar la estrategia más adecuada para el sitio productivo, evaluar los riesgos y determinar las medidas de control para garantizar la presencia exclusiva de los alérgenos constitutivos.
Razón #5: Reinventar la oferta para seguir siendo valiosos
“En Argentina casi 5 millones de personas son veganas o vegetarianas, con un crecimiento del 3% respecto del 2019”, indica un estudio realizado en 2020 por Kantar – Insight división.
En esta década, que algunos autores definen como la década de lo vegano – vegetariano, se estima que las ventas minoristas de alimentos plant based crecerán 5 veces.
Los cambios en las pautas de consumo han llegado para quedarse.
Seguir siendo valiosos para clientes y consumidores exige adaptar nuestra oferta de productos, y en este escenario, es imprescindible gestionar los alérgenos de origen animal (leche, huevo, pescados y crustáceos) para garantizar su ausencia en las referencias plant based.
¿Qué podés hacer hoy mismo para pasar a la acción?
Si sos responsable de calidad o consultor tenés mucho valor para agregar a la organización. Por eso te propongo:
Relevar tu programa para identificar gaps o puntos a reforzar para garantizar la ausencia de alérgenos no declarados en tus productos finales.
Identificar oportunidades para lograr “clean label”. Mapear los obstáculos o las dificultades que ves para avanzar. Esto puede mejorar la confianza del 73% de los consumidores!
Identificar posibilidades de diversificar la oferta incorporando referencias plant based y mapear los desafíos que esto implicaría desde la gestión de alérgenos.
Espero que esta información te aporte valor, que para mí significa que puedas mejorar tu día a día, que la puedas llevar a la práctica y te ayude a replantear formas y procesos.
Si coincidís conmigo en las 5 razones, pulgar para arriba, estamos alineados. Y si creés que faltó incluir alguna razón importante, por favor hacémelo saber en los comentarios para poder seguir construyendo juntos la conversación
Un abrazo,
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